EL SENTIRSE LASTIMADO Y LA CAUSA DEL SUFRIMIENTO.


Si nos detenemos, si paramos y miramos hacia dentro, aunque sea un corto instante, posiblemente nos demos cuenta de un sentimiento que compartimos todas las personas, un sentimiento que nos une como personas y que paradójicamente nos aísla. No es algo único nuestro, no es propio de nuestras persona como si tuviéramos un defecto o fuéramos especialmente desgraciados, es algo común, que todo el mundo padece... estoy hablando del sufrimiento, de la sensación de sentirse lastimado o quizá vulnerable.

Quizá algunos tengan capas y capas protectoras de rigidez emocional (y también física) que les impedirán ver este sentimiento interior. Quizá alguno, se pueda sentir afortunado en su vida, si se compara con otros menos afortunados, y deseche este sentimiento haciendo como que no existe. Pero la cuestión, lo importante, es que la sensación de sentirse lastimado, de vulnerabilidad existe, y todos intentamos escapar de alguna forma (las religiones, la felicidad prometida del consumismo, las actitudes destructivas, las drogas, los gurús, la identificación con un equipo de algún deportes, con la nación o la región, etc...) cualquier idea que aparte nuestro sufrimiento o que nos aporte cierto consuelo, nos sirve... aunque en el fondo sepamos que es inútil escapar de esto.

Si vemos este sentimiento, y vemos que no hay posibilidad de escapar de él de las formas anteriormente dichas. ¿quiere decir que no hay forma de hacerlo y que debemos vivir con este vacío?  

Hoy he escrito esto porque cuando he ido a comprar a la papelería, el perro del dueño, se me ha acercado y alegremente me ha saludado sin conocerme, luego se ha ido a regañadientes porque el amo se lo ha ordenado, y desde una esquina de la tienda me miraba ansioso esperando que le hiciera una señal juguetona. El perro, estaba inválido, no movía las patas traseras y tenía un pañal porque no era capaz de controlar la parte trasera de su cuerpo.... pero me llamó la atención que él no tenía la sensación de lastimado o de vulnerabilidad. Podía mantener su felicidad espontánea y natural aunque su situación era, para mis ojos, lastimosa.

Si un perro puede desprenderse de esa sensación ¿porqué las personas que somos mucho más inteligentes no pueden hacerlo? ¿quizá la inteligencia que tantos avances nos ofrece, tenga un defecto? ¿quizá la tengamos sobrevalorada? y si lo vemos, ¿por qué no cambiamos? probablemente, la raíz de estas necesidad de seguridad, de esta frustrada sensación, de sentirnos lastimados viene desde la infancia, y estamos tan condicionados por ella que no sabemos quitárnosla de encima. O quizá... en el fondo, no queremos...

Quizá únicamente queremos mantener nuestros pequeños placeres e ilusiones, unas cuantas satisfacciones que no nos obliguen a hacer algo que nos da terror, CAMBIAR. Básicamente queremos desechar la parte mala para quedarnos únicamente con la buena.  Ya decía buda a sus monjes cuando habló de sus 4 verdades: el deseo o "sed de vivir" acompañado de todas las pasiones y apegos. Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento.





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