"El profeta" de Jalil Gibrán.

Nosotros somos la fuerza, la intensidad y la grandeza de la naturaleza. Somos parte de la creación, y esa fuerza, intensidad y grandeza somos nosotros mismos. Un hombre le dijo al profeta Almustafá: "Por favor maestro, háblanos del conocimiento de uno mismo"


Y el profeta dijo:

“En silencio, vuestros corazones saben los secretos de los días y las noches.
Mas vuestros oídos ansían escuchar el eco del conocimiento de vuestro corazón.
Quisierais saber en palabras lo que siempre supisteis en el pensamiento.
Quisierais tocar con vuestros dedos el desnudo cuerpo de vuestros sueños.
Y es bueno que así sea.
El recóndito manantial de vuestra alma necesita brotar y correr murmurando hacia el mar.
Y el tesoro de vuestra profundidad infinita se revelaría entonces a vuestros ojos.
Más, no tratéis de pesar en balanzas vuestro tesoro desconocido.
No exploréis las profundidades de vuestro conocimiento con cayados ni sondas.
Porque el Yo es un mar infinito, inconmensurable.
No digáis: “He hallado la verdad”, sino: “He hallado una verdad”.
No digáis: “He encontrado la senda de mi alma”.
Decid más bien: “He encontrado el alma caminando por mi senda”
Porque el alma camina por todas las sendas.
Porque el alma no va en línea recta, el alma no crece como una caña.
El alma se despliega como un loto de innumerables pétalos.


Este es un extracto del libro de Jalil Gibrán, un poeta, pintor, novelista y ensayista libanés que mezcla los dos mundos, el oriental y el occidental. Este libro "El profeta" fue su obra cumbre. Me gustó mucho este libro cuando hace años lo leí, y creo que de entre tantos libros que publican y pasan desapercibidos, este merece... por lo menos... una entrada en este blog.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...