¿Cómo silenciar la mente?

Cuando empezamos a meditar y vemos que nuestra mente se empieza a preocupar por cosas sin importancia; cuando vemos que la mente es una interrupción continua que se desvía de nuestro objetivo hacia cualquier banalidad, entonces entendemos algo: la mente es un obstáculo para meditar. Es realmente un fuerte impedimento.

Intentamos, desde la mente, desde el esfuerzo, apaciguar y acallar el parloteo mental para, que así , nuestra atención sea completa. Desde la idea que tenemos de meditación o de "mente callada" actuamos e intentamos ajustar la meditación a lo que creemos debería ser. Pero eso, lo único que produce es hacer más fuerte el conflicto entre lo que es y lo que debería ser.

Por supuesto, no hablo de la meditación controlada y dirigida a un punto, este tipo de meditación es concentración y no atención, y la concentración tiene un motivo, una intención del Ego y la búsqueda de una idea, pero no de la realidad. La concentración es el fruto de las exigencias del Ego. (Más sobre CONCENTRACIÓN.)

Volviendo a lo anterior: al conflicto entre lo que creemos que es la meditación y la realidad, y en el apaciguamiento de una mente charlatana... ¿Cómo conseguimos apaciguar la mente? Si empiezo a pensar que no tengo que pensar, que quiero un silencio mental, lo que hago es ajustarme a esa idea... entonces... ¿Cómo consigo el silencio de la mente?

Te diría que lo único que necesitas es atención, atención y atención. No pienses en que debes estar en silencio, en que estas pensando en esto o en lo otro y no deberías, simplemente, estate atento y ya esta.

Pero si te cuesta, por el motivo que sea, puedes centrarte en la respiración (Veremos esta otro día). La respiración es la forma en que nuestro cuerpo se nutre y entra el "prana" en nuestro cuerpo. Pero dejando de lado nombres induístas de hace miles de años, el aire que respiramos es verdaderamente una buena base de meditación. Es una energía que se encuentra fuera de nosotros, entra en nuestro cuerpo, formando parte de él, y sale al exterior. ¿El aire, dónde deja de ser un elemento externo para formar parte de nosotros? ¿Cuando podemos decir que el aire forma parte de nosotros? ¿En el momento que entra por la nariz, cuando recorre por la traquea, cuando entra en los bronquios o cuando esta en nuestra sangre? Este tipo de meditación, no solo te hace ser sensible a los efectos de la respiración, además elimina las barrera entre la idea del yo y de lo demás, elimina la falta idea de que soy un ente separado del exterior.... Pero no digo más, cada uno que saque sus conclusiones y , si le apetece, que comente sus experiencias.


*Por cierto, en la imagen superior pone: Los seres sensibles son, en esencia, budas.
Es como el agua y el hielo.
No hay hielo sin agua, no hay budas fuera de los seres sensibles.

Apaciguar la mente.

Algunas veces nos damos cuenta de lo importante que es silenciar la mente para comprender, o por lo menos, que los pensamientos se sucedan más lentamente... Pero cuando intentamos apaciguar la mente esta se revela y se muestra más fuerte y exigente. Empieza pues un conflicto interno que se puede resolver... pero no a la fuerza.

Entonces ¿Cómo apaciguar la mente?

Un sabio hindú, un antiguo asceta, un escritor y poeta dijo lo siguiente sobre el cómo apaciguar la mente:

-Piensen continuamente "¿Quién soy yo?" y ese pensamiento destruirá a todos los demás.
Cuando surjan pensamientos, no hay que perseguirlos, sino preguntarse: "¿de dónde surgen?" No importa cuántos pensamientos aparezcan. En la medida en que lo vayan haciendo, hay que indagar: "¿A quién le surge este pensamiento?". La respuesta que aparecerá será "A mí". Por consiguiente, si uno se pregunta "¿Quién soy Yo?", la mente se remontará a su origen y el pensamiento que surgió se aquietará. Mediante una práctica repetida de esta manera, la mente desarrollará la habilidad de permanecer en su origen.

Con otras palabra krishnamurti lo dijo:

Puede uno ver ¿no es cierto?, por qué el pensamiento ha creado un centro como el yo, el ego; el nombre que uno le dé no hace al caso, mientras reconozca uno que hay un centro del que surge todo pensamiento. El pensamiento ansía permanencia; y viendo que sus expresiones son impermanentes, crea el ‘yo’ como un centro. Entonces aparece la contradicción.

Por cierto el sabio del primer párrafo se llamaba Ramana Maharsi.

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