Los cuatro estados de la mente.


En la menta hay que distinguir tres estados:
1-El estado de sueño con ensueños o swapna es aquel que se caracteriza por la inactividad de la conciencia. Si bien el subconsciente sigue trabajando y manifiesta su energía con imágenes oníricas. Por otro lado el individuo puede percibir estímulos del exterior aunque la consciencia permanezca ajena a ellos.
2- Sueño profundo o sushupna. En este estado la conciencia permanece recogida, pero también el subconsciente. Sobreviene de esta forma una absoluta sin presión de las corrientes psicomentales, estando el individuo con la naturaleza íntima y real. Es un estado que , aun siendo ajeno a la consciencia y por ello al Ego, es importante porque limpia purifica y favorece el desarrollo interior.
3- El de vigía o jagrat. En este estado, la mente permanece en contacto con el mundo circundante y la conciencia está despiertan y relativamente atenta. Dicho estado debe ser aprovechado para trabajar interiormente y desarrollar la consciencia.
4- Estado de iluminación o turya. Es el estado que sitúa al individuo ajeno a toda dualidad. Es el único estado que permite la aprehensión definitiva de la realidad.
Pasar al último estado mental requiere de ir avanzando y sobre el control mental y fases o estadios mentales. (en el próximo artículo los indicaré, así evitaré que estos se hagan largos y pesados de leer.)

Meditación y silencio interior.


La palabra meditación es una traducción muy desafortunada de la palabra sánscrita dyana e induce a error.
Dyana podría traducirse por atención ecuánime o perceptividad tranquila. En realidad el término meditación es una designación para todo entrenamiento psicomental.
En realidad meditar es ampliar al máximo nuestro conocimiento (pero no el conocimiento intelectual o libresco) y comprensión sobre el soporte de la meditación. Meditar es obtener una experiencia íntima y directa, más allá de conocimiento conceptual.
Un sadhu de la India dijo: " Mediante la meditación empezamos a vivir desde adentro y dejamos de hacerlo superficialmente. Comenzamos a ser nosotros mismos y al encontrarnos, encontramos a los demás y al universo todo".
El poder del silencio interior es enorme y la meditación pone todos los medios para hacerlo posible. Este silencio interior, esta austeridad de enredos mentales, aproxima a lo más íntimo del individuo, resuelve viejos conflictos y remansa beneficiosamente.
La distancia entre sujeto y objeto se va reduciendo, y de forma gradual, sobreviene una profunda mutación en la vida psíquica del individuo.


Extracto escogido del libro Yoga y Deporte del autor Ramiro Calle.

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