El Zen según Allan Watts.


Allan Watts estudio entre otros las similitudes entre el Tao, el Zen y el Budismo. Estudió sus analogías y sus origenes. Ciertamente, las tres religiones o filosofías tienen un origen común, el I Ching. Es por eso que la esencia de las tres religiones son iguales.
El Zen según Allan Watts:
La vida Zen no se mueve dentro de carriles; es la libertad del espíritu, libre de las trabas de las circunstancias externas y las ilusiones internas. Su naturaleza íntima es de tan especial carácter que no puede ser descrita en palabras, y lo que más puede acercarnos a ella es la analogía. Es como el viento que se mueve sobre la superficie de la tierra, sin detenerse jamás en ningún lugar determinado, no apegándose nunca a ningún objeto particular, adaptándose siempre a los progresos y retrocesos de la tierra. Si tales analogía dan la impresión de un soñoliento laissez faire , es necesario recordar que el Zen no siempre es una suave brisa, como el Taoísmo decadende; con bastante frecuencia es una ráfaga violenta que barre implacablemente todo lo que encuentra a su paso, un ventarrón de hielo que penetra hasta el corazón de todo y lo atraviesa de lado a lado. La libertad y pobreza del Zen es abandonar todo y "seguir adelante", pues esto es lo que la vida misma hace, y el Zen es la religión de la vida.

¿Como funcina nuestra mente según Krisnamurti.? El deseo y el sufrimiento.


¿Puede nuestra conciencia, con su contenido básico de temor y de persecución de placer, con todas las heridas psicológicas, etc... llegar a estar completamente libre?
Primera parte.
¿Por qué los seres humanos se hallan atrapados en esta perpetua persecución de placer? Por ejemplo, uno ha tenido cierto placer, una comida, un acto sexual, la adquisición de conocimiento, luego el cerebro registra este placer y el recuerdo de este placer es pues el pensar.
¿Porqué el pensamiento carga con ese recuerdo de algo acabado? Porque simplemente es el movimiento del pensar. En nuestra idea de nosotros mismos pensamos que queremos otra vez el placer recordado, no vemos disfrutando de ese placer, creando así un vacío innecesario ya que es simplemente un recuerdo a perseguir. Eso es un movimiento parcial que nos impide observar la realidad con todo nuestro ser. Provocando conflictos entre la realidad y las ideas producidas. Y por tanto, sufrimiento.

(Intento explicar lo dicho por Krishnamurti referente a nuestra naturaleza, pero para no hacer un artículo muy grande lo he dividido en dos: el placer o deseo, y el temor.)

Los monjes Taoistas y el Ego.


“Son ascetas, pero detestan las mortificaciones. Son creyentes, pero poco les importan dioses, dogmas, morales y opiniones. Son místicos, pero nunca hubo plegarias y efusiones más frías que las suyas. Son, o al menos ellos no dudan serlo, los únicos y verdaderos amigos del hombre, pero se burlan de las buenas obras.
Conocen, dicen, la verdadera forma de conducir al pueblo y sin embargo lanzan los más duros sarcasmos cuando oyen hablar de deber social. Han dado a China temibles cabecillas o jefes de sectas, políticos llenos de tacto, sus dialécticos más sutiles, los filósofos más profundos y su mejor escritor. Sin embargo ellos estiman únicamente la modestia, la privación, la reserva. Nadie es sabio, insinúan, si deja una huella.”
Así describe Marcel Granet a los primeros filósofos taoístas.

Analizando el texto podemos comprobar que el pensamiento Taoísta no difiere mucho del pensamiento budista original, el Zen, del de Krishnamurti , Allan Watts o otras personas sabias.

En primer lugar, el Taoísmo renuncia del Ego totalmente, se explica en el texto como la experiencia tiene lugar en la formación del Ego. Tratando primeramente la experiencia externa cuando habla de “deber social”, experiencia que crea una autoridad externa que trae consigo la confusión y la contradicción, impidiendo entender la vida como es. De lo que se intuye que al querer amoldarnos a una autoridad exterior (estado o religión) no único que hacemos es buscar seguridad propia y darnos importancia a nuestra idea de nosotros.
Por otra parte, en el texto, también trata la experiencia interna “Nadie es sabio, si deja huella”, deja patente que el Ego está en el deseo de permanecer, de autoimportancia, de la búsqueda de seguridad. Entender eso realmente es ser sabio.
Pues el deseo interno de seguridad (realmente de nuestro Yo ideal) se compone de ideales ya sean buenos o malos, y que los actos realizados de esta manera de pensar son actos duales. “Lo hago para que vean que soy bueno” (por ejemplo). No se trata de que esté bien o esté mal, sino de la comprensión de la naturaleza de la mente.

El Ego en algunas religiones mayoritarias.


Idea del "Yo" desde el punto de vista Budista.

"Creer en la existencia de un yo es caer en la herejía de la permanencia; negar el yo es caer en la herejía de la aniquilación con la muerte" , o sea que negando la realidad del yo se llega a una paradoja: una doctrina que da máxima importancia al acto, pero también niega al agente de este acto, o como diria un doctor budista más tarde, "solo existe el dolor, pero no hay modo de encontrar al que sufre".




El "Yo" o Ego en el Cristianismo.


“El que quiera venir detrás de mí, que renuncia a si mismo, que
cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la
perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde a su sí mismo?”
San Juan de la Cruz nos dice que abandonemos todo deseo, aún el deseo de Dios. No al amor de Dios, a nuestro innato anhelo por Dios, al que no podemos renunciar, sino a nuestro deseo de Dios.



El Ego y el Zen.

Las ideas pueden resultar necesarias para vivir, a la vez que un estorbo en la pacificación cuando se convierten en una creación del ego, conflicto del deseo, búsqueda, elección, parcialidad, limitación, ilusión, discrepancia, identificación, inmutabilidad, etc..
La mente desaferrada ha perdido el ego, como ola tragada por el mar. Vive en la no dualidad yo /el otro,'El yo que se vacía a sí mismo y así permite ser a todo'.



El Ego y el Islam.

Tradicional Islam es una religión de la moderación y el equilibrio. No existe el concepto del pecado original, por lo que el mismo no se considera intrínsecamente dañada y necesita de la redención, como en el cristianismo. Sin embargo, tener un ego excesivo es probable que sea un obstáculo para obedecer las leyes de Dios y por lo tanto a ser un buen musulmán. Debemos abstenernos de seguir nuestras pasiones por que todas las desobediencias y pecados empiezan cuando uno da preferencia a si mismo sobre el amor de Allâh y su Profeta.

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